Samaritanos se describe en 2 R. 17:24-34. Después que. Tiglat-pileser III (745-727 a, C.) y Sargón II toma Samaria y pone fin al reino de Israel (Reino del norte 10 tribus) (722-705 a.C.) Y los hijos de Israel anduvieron en todos los pecados de Jeroboam que él hizo, sin apartarse de ellos, hasta que Jehová quitó a Israel de delante de su rostro, como él lo había dicho por medio de todos los profetas sus siervos; e Israel fue llevado cautivo de su tierra a Asiria, hasta hoy. Y trajo el rey de Asiria gente de Babilonia, del norte de Mesopotamia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria, en lugar de los hijos de Israel; y poseyeron a Samaria, y habitaron en sus ciudades. Esta gente trajo su religión, pero, como resultado de su contacto con el resto de los israelitas que habían quedado allí y por lo que le enseñaron, también adoptó el culto a Jehová. Originándose con el paso del tiempo un proceso de fusión racial y de sincretismo religioso que dará lugar a la aparición de los samaritanos.
El origen de los conflictos de los samaritanos con la población judía se sitúa cuando los judíos regresaron del exilio (c 536 a.C.) y comenzaron a restaurar su religión, los Samaritanos quisieron unirse a ellos, pero Zorobabel, Jesúa y los demás dirigentes rechazaron de plano el ofrecimiento (Esd. 4:13). Por las admoniciones de los profetas habían aprendido que su propia calamidad nacional había sido el resultado de su infidelidad a Dios. Convencidos de que los interesados habían corrompido la religión judía, y celosos de sus costumbres y tradiciones querían; evitar caer de nuevo en los errores de la época anterior al exilio, y por eso eligieron el aislamiento religioso y social. Como consecuencia de esta actitud se desarrolló un odio creciente entre las 2 naciones, que con frecuencia se manifestó en actos hostiles. Los Samaritanos se opusieron a los judíos que acababan de regresar cuando estos construían el templo en tiempos de Ciro.