¡Háblame! Mi bien, que tu voz, como eco del cielo
Me acompañe por doquier,
Con tal de disfrutar tu voz melodiosa
Nada me importa ya; sino tu dulce amor.
¡Mírame! Tus ojos hagan su morada
En mis pupilas y puedan obrar mi vida,
Que tus ojos afloren el amor que guardo en el alma
Y en el cielo celeste de mi ser, se dibuje tu mirada.
¡Ámame! Contigo quiero descubrir el amor,
Quiero beber del néctar de tus labios,
Perderme en tus manos cada amanecer;
Cual mariposa que se pierde entre rosales.
Cuando me hablas, me miras, me amas;
Mi ser se estremece de amores y pasiones,
Dejas mi aire perfumado por donde andas,
Amor, por verte las estrellas se reclinan
Y yo vivo por amarte.
Me acompañe por doquier,
Con tal de disfrutar tu voz melodiosa
Nada me importa ya; sino tu dulce amor.
¡Mírame! Tus ojos hagan su morada
En mis pupilas y puedan obrar mi vida,
Que tus ojos afloren el amor que guardo en el alma
Y en el cielo celeste de mi ser, se dibuje tu mirada.
¡Ámame! Contigo quiero descubrir el amor,
Quiero beber del néctar de tus labios,
Perderme en tus manos cada amanecer;
Cual mariposa que se pierde entre rosales.
Cuando me hablas, me miras, me amas;
Mi ser se estremece de amores y pasiones,
Dejas mi aire perfumado por donde andas,
Amor, por verte las estrellas se reclinan
Y yo vivo por amarte.
Autora: Lyamor Gladys-Cusco, Perú
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