miércoles, 18 de febrero de 2009

7. Pacto de Gracia

La promesa de un nuevo pacto o sea, una renovación decisiva y final del pacto eterno se cumplió en JESUCRISTO. Como el segundo Adán e imagen de Dios, Cristo cumple con los requisitos del pacto por parte de todos los hombres y así renueva la imagen divina en el hombre. En Cristo se cumplen las promesas del pacto hecho con Abraham y con David y las estipulaciones del pacto mosaico con Israel. Con este antecedente el nuevo pacto se funda en la sangre de Cristo. Por lo tanto el nuevo pacto representa una confirmación del pacto eterno, asimismo las promesas y provisiones fundamentales de los pactos anteriores permanecen vigentes.
Textos: (2 Co 1.19, 20).(1 Co 15.45ss) (Col 1.15)(Ro 5.12–21; 2 Co 3.18).(1 P 3.20s).(Lc 1.54, 55, 72–75) (Lc 1.68–71)
(Mt 5.17, 18).

Primero: la salvación es ofrecida a todos los hombres bajo la condición de la fe en CRISTO. Nuestro señor envió a sus discípulos que fueran a todo el mundo y que predicarán el evangelio a toda criatura. Esta oferta de la salvación es la base a las condiciones del pacto de la gracia.
Segundo: por la naturaleza del pacto entre el padre y el hijo. El pacto de gracia tiene una especial referencia a los escogidos. A ellos Dios prometió darles su espíritu para que crean; y solo a ellos les pertenece todas las promesas hechas a los creyentes.

Textos: Mt 26:28; Mr 14:24; ef 2:8.
Fecha: 30-33 años DC.

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